10 mayo 2006

Solo fue un instante ...

.... pero la intensidad de esa mirada se quedó en mi memoria y ya no la puedo olvidar. No sé por qué hablo ahora de esto, ocurrió ya hace tiempo, pero por algún motivo lo había arrinconado en mi memoria y hoy sin motivo alguno volví a pensar en ello.
Aquel día parecía como cualquier otro. Una estación de metro, una hora punta, un tren que llega y cientos de personas intentando llegar a su destino. Nadie se mira, nadie se habla, nadie busca a nadie. Todos caminamos intentando esquivar al resto, no es como una de esas películas futuristas en donde todo es orden y la gente camina alineada. Aquí cientos de rumbos se cruzan rapidamente y apenas nos vemos los unos a los otros.
Entonces lo ví, mirandome fijamente y aguantándole la mirada seguí subiendo las escaleras. En ese momento todo se quedó vacío, sin viajeros, en silencio, y ahí estábamos nosotros, sin saber que hacer y sin saber que decir. Pero el tren pasó de nuevo, la gente volvió a llenar este espacio que había sido nuestro durante un instante y cada uno siguió irremediablemente su camino. Mi corazón latía con tanta fuerza que parecía que en cualquier momento iba a salir de mi, ¿pero que podía hacer? ¿salir corriendo detrás de él? ¿estarían esos ojos penetrantes esperando que fuera en su busca? volví a girarme y allí seguía él. Sin coraje alguno seguí mi camino y volví a entremezclarme con esos cientos de viajeros que iban de un lado a otro.
Aquel día parecía como cualquier otro ... pero no lo fue. No hay día que no pase por la estación de metro esperando encontrarme de nuevo esa mirada. Eso es todo lo que de él me quedó. No me acuerdo de su cara, ni tan siquiera del color de sus ojos. Sólo sé que esa mirada se me quedó clavada y que sólo un azar del destino hará que la vuelva a ver.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

y pensar todo lo que se pierden los japoneses haciendo ver que leen cualquier cosa en el metro de Tokio... me encanta aguantar la mirada, escalofríos gratuitos

elena dijo...

Pero les queda espacio para leer?

Anónimo dijo...

cualquier cosa menos mirar a otros a los ojos, aunque hagan ver que leen y tu ves que tienen el libro boca abajo.