Hace tiempo me di cuenta que me gustaba escribir, quizás mi cabeza se cansó de tanto trabajar y viendo que ella sola no podía soportar todo el peso de mis pensamientos, decidió que a partir de ese momento, mi mano le ayudaría a plasmar todo aquello que abarrotaba ese almacen "quasi" infinito que tenemos en la cabeza y del que creo tan sólo aprovechamos el 10%. Y así fue como un día empecé este duro pero gratificante arte del desnudo del alma. Me gusta llamarlo así.
En este momento tengo que hacer un breve pero merecido alto para hablaros de Lee, un profesor de inglés que tuve hace años y que purgaba sus manías y complejos escribiendo monólogos y guiones para la BBC.
Él fue la primera persona que leyó algo mío, un relato corto que hice en inglés y todavía recuerdo el comentario que me hizo al respecto: “What a horrible and cheesy story, spanish lady….” En ese momento pensé que mi fulgurante carrera de escritora había finalizado, así que rompí el papel en mil pedazos y nos fuimos juntos al pub a bebernos un par de cervezas y a reirnos de todo un poco, especialmente el uno del otro, algo que haciamos asiduamente. Meses después, cuando decidí regresar a España y al despedirme de Lee me confesó que aquel día, y sin yo darme cuenta, había recogido los pedazos de papel y se lo había guardado. Luego me dijo en un macarrónico español algo que en aquel momento no le dí importancia : “ninguna historia es suficientemente mala, ni suficientemente buena …” Seguidamente me dio un frío abrazo inglés, nos dijimos adiós e impasible siguió bebiendo aquel horrendo café del Gregg´s. Sé que le dolió aquella despedida, igual o más que a mí, pero supongo que decidió que lo mejor era hacerse el inglés y dejar el desnudo de su alma para sus ácidos monólogos y para su no escogida soledad.
Desde entonces, y gracias también a las intensas historias vividas en mi veintena, por cierto próxima a finalizar, han hecho que de vez en cuando me aisle un rato de todo y también desnude poco a poco mi alma, dándome cuenta que lo que escribo no es suficientemente bueno ni suficientemente malo, tal como Lee me dijo en nuestra despedida. Me pregunto que será de él ...
En este momento tengo que hacer un breve pero merecido alto para hablaros de Lee, un profesor de inglés que tuve hace años y que purgaba sus manías y complejos escribiendo monólogos y guiones para la BBC.
Él fue la primera persona que leyó algo mío, un relato corto que hice en inglés y todavía recuerdo el comentario que me hizo al respecto: “What a horrible and cheesy story, spanish lady….” En ese momento pensé que mi fulgurante carrera de escritora había finalizado, así que rompí el papel en mil pedazos y nos fuimos juntos al pub a bebernos un par de cervezas y a reirnos de todo un poco, especialmente el uno del otro, algo que haciamos asiduamente. Meses después, cuando decidí regresar a España y al despedirme de Lee me confesó que aquel día, y sin yo darme cuenta, había recogido los pedazos de papel y se lo había guardado. Luego me dijo en un macarrónico español algo que en aquel momento no le dí importancia : “ninguna historia es suficientemente mala, ni suficientemente buena …” Seguidamente me dio un frío abrazo inglés, nos dijimos adiós e impasible siguió bebiendo aquel horrendo café del Gregg´s. Sé que le dolió aquella despedida, igual o más que a mí, pero supongo que decidió que lo mejor era hacerse el inglés y dejar el desnudo de su alma para sus ácidos monólogos y para su no escogida soledad.
Desde entonces, y gracias también a las intensas historias vividas en mi veintena, por cierto próxima a finalizar, han hecho que de vez en cuando me aisle un rato de todo y también desnude poco a poco mi alma, dándome cuenta que lo que escribo no es suficientemente bueno ni suficientemente malo, tal como Lee me dijo en nuestra despedida. Me pregunto que será de él ...
4 comentarios:
Pienso un poco como tu. Escribo, sin muchas pretensiones, para vaciar un poco de todo, y de vez en cuando para intentar entenderme, verbalizarme.
Yo antes pensaba si tenía algún sentido escribir si nadie te iba a leer. Pero ahora pienso que el mejor placer es escribir para uno mismo.
mi blog lo tengo como una pequeña terapia jeje
I am sorry, it at all does not approach me.
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