Si bien podría tratarse de un cuento de hadas, la verdad es que a mi y pienso que fruto de mi reciente viaje a India, me ha revuelto las tripas en más de una ocasión. Y con eso no digo que no me haya gustado la historia, la cual me ha parecido apasionante, pero si que me ha ayudado a entender un poco más de donde viene toda la miseria e injusticia que allí vi.
Los maharajás, príncipes de los diferentes estados de la India británica, y con poder absoluto sobre las vidas de sus súbditos, viven en un mundo lleno de lujos, de harenes, de palacios y coches de lujos, con un pie en occidente, viajando constantemente a Europa donde se rodean de otras casas reales, políticos y artistas, pero con el otro pie atentos a no dejar que cambien las tradiciones y el conservadurismo de las tradiciones hindúes. ¿Pero, y qué sucede con el pueblo que supuestamente los adora y que esperan de ellos su ayuda y protección? Pues como siempre que vive en la más absoluta de las miserias, ajenos a los fastos y lujos de los maharajás. Y en medio de todo esto aparece la figura de un tal Gandhi, al que nuestra Anita llama "el chalao ese" que luchará no sólo contra la dominación inglesa sino también contra el poder, contra el sistema de castas y animará a las masas a levantarse y luchar por sus libertades.
En fin, un trepa, como diríamos hoy en día, pero que aún cuando tuvo que regresar a Europa repudiada por el Maharajá por haberse enamorado del hijo de éste, vamos un culebrón en toda regla, consigue vivir hasta el fin de sus días como según dicen, la auténtica princesa de Kapurthala.
Nota: He tenido que acabar la lectura del mismo con un libro diferente del que comencé. Espero que mi libro, el original, ese que viajó conmigo este verano, siga estando en las buenas manos en que lo dejé ...