Na, na, na, na .... tú eres lo más lindo de mi vida, aunque yo no te lo diga, aunque yo no te lo diga. Si tu no estás yo no tengo alegría, yo te extraño de noche, yo te extraño de día. Yo quisiera que sepas (la, la, la, la), que nunca quise así (la, la, la, la), que mi vida comienza (la, la, la, la) cuando te conocí ... Y corriendo voy a buscar mi teléfono para intentar parar esa melodia horrible de Karina que llevo grabada en el teléfono y que nunca me acuerdo de cambiar.
- Sí, ¿dígame?
- Mire le llamaba para ver si podemos aclarar el tema de los pasteles
- Eignnn ¿¿¿??? Disculpe ... pero ¿de dónde ha dicho que llama?
- A ver señorita, le llamo porque no sé si se acuerda, pero tenemos un tema pendiente con unos pasteles que usted compró en Málaga.
Esta era la tercera llamada comercial que recibía en la misma mañana, algo raro porque nunca nadie me llamaba, así que ante el aluvión de llamadas de aquel día pensé que igual con suerte ésta me iba a ofrecer algo interesante. Pero no, esta amable señorita sólo me hablaba de unos pasteles comprados en Málaga y de los cuales yo tenía que responder.
-Siento decirle que no soy yo la persona que busca, simplemente se ha equivocado.
-No - me dijo con tono tajante - no me he equivocado, usted se llama Menganita y hace más de un año compramos juntas unos pasteles en bla, bla, bla ....
-Joder Futanita !!! cuánto tiempo!!!! jajajajaja ... no caía, de verdad que como eres, mira que llamarme y soltarme la historia de los pasteles malagueños ... me parto. Por cierto, ¿ya te deshiciste de aquel pesado?
-Sí, por fin ! cada vez que me llamaba se me dibujaba un rictus horrible, y mira que era majo. ¿Y tú que, venga cuéntame, alguna novedad o todo como siempre?
-Todo como siempre, hay cosas que nunca cambian.
-Tienes razón Menganita, está el tema ciertamente complicado y de hecho con una amiga estamos pensando escribir un libro que se titule: "Lo que te puedes encontrar ..."
-Muy buen título, tú sí que vales.
-Te llamaba también para decirte que voy a estar unos días en la ciudad, así que a ver si quedamos y .... no sé, ¿nos comemos unos huevos estrellados?
-Sí, sí, sí - digo emocionada - huevos, birrita e interminables conversaciones. Creo que eso es lo que necesito ... en realidad sí tengo historias que contar.
-Me lo imaginaba. Perfecto pues, te llamo cuando llegue. Besos
-A la orden Futanita. Nos vemos!