No lo tenía previsto pero finalmente me voy de puente con dos amigas a los Caños de Meca, en la costa de Cádiz. Maravilloso rincón donde perderse por unos dias y olvidarse del trabajo, de la ciudad y de la cotidianidad que absorbe nuestras vidas.
Hasta el momento todo son preparativos, de última hora claro, de tres chicas que nunca van de cámping y que se van a ver metidas de lleno en la vida campestre con todo lo que ello conlleva.
De momento ya tenemos seguro una minitienda de campaña para tres, una sombrilla del betis, una polémica hamaca, una nevera dominguera, un frontal y un farolillo. Además hemos dejado tajantemente prohibido aparecer con maleta de ruedas, secador y/o plancha del pelo. Uff! lo del pelo va a ser lo más complicado, pero viendo la fauna humana que se mueve por esa zona, mucho no vamos a llamar la atención.
Ni que decir tiene que no moriremos de inhanición, ya que el surtido de bimbo, embutidos, olivas y patatas va a estar bien cubierto, aunque eso sí, la cena en condiciones. Que vale comer tiradas en plan hippie en la playa pero por lo menos que haya algo de glamour nocturno en este viaje.
Pues con todo esto contamos, que ya es mucho. ¿Pero ahí está la aventura, no?
Sólo queda esperar que no llueva, que luzca el sol, que aparezca un fornido surfista que nos pida buscar la gran ola juntos, que el viento de levante no se lleve volando la tienda, que por cierto montaremos ya de noche viendo el plan de viaje que tenemos (dios que cuadro!), pero sobretodo que nos lo pasemos de miedo y nos olvidemos por unos dias de la rutina urbana.
Un beso a todos y feliz puente!!!!!