26 septiembre 2008

Pasión India

Ayer acabé de leer Pasión India, libro escrito por Javier Moro, donde narra un historia real, la de Ana Delgado, una malagueña de familia pobre que en el año 1908 y con tan sólo 17 años se enamora del Maharajá de Khapurtala, dando paso a un apasionante y exótica historia de amor. Kapurthala, es un pequeño estado del norte de India y sirve como escenario para narrar esta historia, llena de lujo, pasión, celos y traición y donde se produce un estrepitoso choque cultural, que si bien en un principio la protagonista sabe lidiar, a medida que pasan los años consigue acabar con todo lo que le hizo llegar a ese país.

Si bien podría tratarse de un cuento de hadas, la verdad es que a mi y pienso que fruto de mi reciente viaje a India, me ha revuelto las tripas en más de una ocasión. Y con eso no digo que no me haya gustado la historia, la cual me ha parecido apasionante, pero si que me ha ayudado a entender un poco más de donde viene toda la miseria e injusticia que allí vi.
Los maharajás, príncipes de los diferentes estados de la India británica, y con poder absoluto sobre las vidas de sus súbditos, viven en un mundo lleno de lujos, de harenes, de palacios y coches de lujos, con un pie en occidente, viajando constantemente a Europa donde se rodean de otras casas reales, políticos y artistas, pero con el otro pie atentos a no dejar que cambien las tradiciones y el conservadurismo de las tradiciones hindúes. ¿Pero, y qué sucede con el pueblo que supuestamente los adora y que esperan de ellos su ayuda y protección? Pues como siempre que vive en la más absoluta de las miserias, ajenos a los fastos y lujos de los maharajás. Y en medio de todo esto aparece la figura de un tal Gandhi, al que nuestra Anita llama "el chalao ese" que luchará no sólo contra la dominación inglesa sino también contra el poder, contra el sistema de castas y animará a las masas a levantarse y luchar por sus libertades.

Ana Delgado, sin embargo, vive totalmente ajena a todos estos disturbios políticos, y poco le importa más que su maharajá, sus joyas y sus cientos de baúles que transporta en sus múltiples viajes, ya sea en India o a Europa, alojándose en riquísimos palacios y hoteles. Incluso cuando estallan en Europa las guerras mundiales y la guerra civil, es incapaz de regresar a España para ayudar a su hermana, que acaba muriendo en Paris, sola, enferma y al cargo de tres hijos, de los cuales ni tan siquiera entonces la protagonista se hace cargo, mientras que su hijo Ajit, se educa en uno de los más prestigiosos colegios británicos.


En fin, un trepa, como diríamos hoy en día, pero que aún cuando tuvo que regresar a Europa repudiada por el Maharajá por haberse enamorado del hijo de éste, vamos un culebrón en toda regla, consigue vivir hasta el fin de sus días como según dicen, la auténtica princesa de Kapurthala.

Nota: He tenido que acabar la lectura del mismo con un libro diferente del que comencé. Espero que mi libro, el original, ese que viajó conmigo este verano, siga estando en las buenas manos en que lo dejé ...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estas manos que teclean son las que recibieron el libro en su día, (también las que aplauden con fuerza en cualquier concierto de bruce, por cierto)y las que lo cogen de la mesilla de vez en cuando, hasta que se cansen de tanto amor y tan poco humor, y lo guarden en la caja de los tesoros.
Gracias!

Pepita Forever dijo...

Intentar "plasmar" una historia de amor en un decorado tan cargado nunca sale bien. No es sólo la India...mira La Masai Blanca, por más que fuera autobiográfica, no puedes mezclar algo como los Masai en su habitat y un amor europeo.., ne tragué la peli y el libro...o La Pasión Turca..éste pinta un poco como aquel "De parte de la princesa muerta" no? Besote

elena dijo...

Querido anónimo, me alegra saber que mi pasión india sirve para algo más que para adornar su bonita habitación. Me acuerdo mucho de usted. De verdad se lo digo.
Africa, siempre son difíciles este tipo de historias, aunque no imposibles.

lizquies dijo...

Leí el libro hace tiempo y la verdad es que me sorprendió ya que antes había oído hablar de Ana Delgado.

Se trata de una historia de amor, y creo que hay que felicitar al autor por narrar esta de forma tan correcta que no entra en el pastelismo.