Cartas al director

El pasado lunes 17 El Mundo publicó un artículo lamentable sobre las personas sin hogar. Aquí os dejo la carta de respuesta que ha enviado la Fundación Rais

En dicho artículo se hace una descripción de las personas que “se ven obligadas a vivir en la calle” que aquellas entidades que de forma cotidiana trabajamos con ellos creemos injusta y estereotipada.

Leyendo este reportaje observamos varias cuestiones sobre las que no podemos dejar de expresar nuestra más enérgica protesta y profundo desacuerdo. El artículo crea una imagen simple y unilateral de estas personas que ni responde a la realidad, ni es completa. Presenta afirmaciones como «todos drogadictos o alcohólicos» no solo no es cierta, sino que según datos del INE (Dic. 2005) el 30% de las personas sin hogar, son abstemias y nunca han consumido drogas. Otras expresiones son aún más sangrantes, como aquellas que los describen como cuasi cadáveres o despojos humanos y un tercer grupo que no afirma pero insinúa, en base suponemos a prejuicios previos; «no le creemos, pero no hay más que decir», «luego cuenta una historia que suena a cuento de navidad», «unos duermen sobre cartones y algún otro intenta robarles escudriñando junto a sus bolsas», o las descripciones sobre el aspecto físico, que van del «sucísimo» al «sin dientes, sucísimo, sudoroso, birra en mano». No negamos que existan situaciones de extremo deterioro dentro del mundo de las personas sin hogar, pero sabemos que la realidad de estas personas responde a situaciones mucho más complejas.

El problema de la exclusión social extrema es un grave y complejo problema que tiene múltiples vertientes y al que solo se puede responder con la búsqueda de soluciones complejas. No sirven por tanto las simplificaciones y los reduccionismos. Además una de los principales problemas es el de la falta de visibilidad social de la problemática y de sensibilidad social para con las personas afectadas. La publicación de artículos como el de su diario, contribuye poco (más bien es negativo) a mejorar la imagen de personas a las que se las suele culpar en exclusiva de las situaciones que arrastran. Creemos que es obligación de aquellos que informan proveerse de los mínimos conocimientos necesarios para ofrecer noticias equilibradas y justas, más cuando aquellas afectan a personas cuya capacidad para defenderse esta disminuida, dada su situación de exclusión.

Siendo todo lo anterior lo más grave del artículo, no podemos dejar de señalar, otros aspectos con los que no podemos estar de acuerdo:

- En primer lugar el 2º Recuento de personas sin techo, de la misma forma que su primera edición, no está organizado por el Samur Social, sino por el Foro Técnico Local sobre las Personas sin Hogar, órgano consultivo del Ayuntamiento de Madrid, del que dicho recurso es un miembro más. Por ello no solo no es correcta la afirmación de que los participantes estaban a las órdenes del Samur Social, sino que hubo entidades que presentaron un número equivalente de voluntarios y prestaron su colaboración de forma desinteresada no solo el día del recuento sino en la preparación previa, con la puesta a disposición de los investigadores de toda su experiencia y todos sus datos.

- Además los datos que facilita la misma concejalía el número de personas encontradas la noche del 12 de diciembre de 2006 fueron 621 de las que el 55% eran de origen extranjero, no 456 y el 67% como se afirma en su periódico.

- Estamos en absoluto de acuerdo con la imagen que se proyecta de los voluntarios que trabajan con las personas sin hogar. Ni somos héroes anónimos ni maniquíes que sirven de puerta al trabajo del Samur Social, sino más bien ciudadanos que nos sentimos cooresponsables de lo que ocurre en nuestro entorno y preocupados por la situación de nuestros vecinos más desfavorecidos. El voluntariado con personas sin hogar tiene una gran tradición en la ciudad de Madrid tanto en los centros y dispositivos de la red, como en el trabajo de calle, cuya presencia no solo es previa a la aparición del Samur Social, sino que supuso en sus inicios una fuente de conocimientos y experiencias básicos para la implantación de dicho recurso.

- Por último, quisiéramos poner a su disposición la experiencia y conocimiento de todas nuestras entidades sociales, a fin de poder acercar a la Sociedad, una realidad tan olvidada, desconocida y estereotipada como el de las personas sin hogar.