22 diciembre 2007

Una puerta se cierra y otra se abre

Hay tantos caminos que podemos tomar en la vida, que se me hace difícil imaginar que estemos marcados por el destino. Las cosas que nos suceden en nuestra vida, no son el fruto de algún plan predeterminado en nuestro subconsciente, sinó fruto de las decisiones que vamos tomando a diario, que te llevan a tomar otra y otra o a veces de las decisiones que otros toman por tí, pero sobretodo son fruto de la suerte y de la casualidad. No, nunca he creído en el destino, pero sí en la casualidad.


Puede ser en efecto que todo tenga una explicación racional, aunque se me haga difícil creerlo, y que sea por eso que atribuímos a la casualidad y a la suerte todo aquello que no podemos explicar. ¿Qué es en ese caso? ¿Casualidad? ¿Coincidencia? Sea lo que sea, ambas nos enseñan lo pequeño que puede ser el planeta.
Creo que cada acto que realizamos genera un efecto, ya sea en nosotros mismo o en los demás. Seguro que si eres generoso, la gente lo será contigo, seguro que si transmites energía positiva, sin duda alguna ésta regresará a tí y seguro que si eres humilde y paciente, esta espera tendrá finalmente su recompensa. Yo estoy a punto de tenerla. Ahora ya no depende de nadie, sinó de mí. El resultado final parece ya carecer de sentido, pero eso da igual, porque por fin siento que tengo el control sobre ello y que lo único que necesito ahora es el valor para hacerlo, para empezar a cerrar aquel círculo que hace ya tanto y tan lejos quedó abierto.

6 comentarios:

08181 dijo...

Los circulos, hay que cerrarlos.
Las cosas pueden hacerse por muchas razones, incluso por las consecuencias.
Imagina que hay gente que bebe cerveza solo por degustarla y no por los efectos secundarios...
;)

Anónimo dijo...

cierra el circulo,sin duda,esto ayudara q aque otros tengan la posibilidad de abrirse...y ya sabes que ahí estare si necesitas algo para este cometido(o cualquier otro)
besos

elena dijo...

El dedo que reposaba sobre la tecla verde desde hacía dos horas de repente hizo algo más que reposar, el silencio se rompió y por fin llegó aquel momento tan esperado ...

Roger dijo...

¿Y qué fue lo que pasó?

Si no has leído la Insoportable Levadad del Ser, hazlo pero ya. Mucho sobre las casualidades.

Ah y por cierto, me gusta mucho tu blog.

elena dijo...

¿Pero no crees Denke, que en algún caso dejarlos abiertos nos da vidilla??
Marta, para otros cometidos seguro que cuento contigo!!
Gracias Roger, te haré caso y lo leeré. Pásate cuando quieras por aquí. ¿que qué pasó? ummm ... pues todavía no podría darte una respuesta. Por cierto, me gustaría poder leerte.

Anónimo dijo...

yo te recomiendo el libro de los amores ridículos, una joya para reirse del amor y de uno mismo

las puertas abiertas, dan vidilla, pero tb pasa corriente, y se pillan resfriados, ya me entiendes ;)