03 octubre 2007

Recordando Senegal




Hacía tiempo que quería explicaros algo sobre mi viaje a Senegal, pero a veces sucede que necesitamos tiempo para ver las cosas de una manera más ordenada y racional. Fueron tantas las imágenes almacenadas que no encontraba el modo de sacarlas de mí. Pero el pasado domingo, leyendo un suplemento dominical, me encontré con una entrevista al cirujano Pedro Cavadas donde entre otras cosas hablaba sobre la labor que desempeña en África…

“(…) hay un antes y un después de África. (…), es cuando comes con ellos, vives con ellos y estás allí, cuando te das cuenta de que el mundo no gira entorno a la moda otoño invierno de unos grandes almacenes, o de la Champions; que el mundo no es eso, que la inmensa mayoría de la humanidad se preocupa de otras cosas. Yo lo he visto y estoy contento por ello. Le debo mucho, personal y vitalmente a África”

Son muchas las aventuras que pasé en Senegal y todavía ahora no hay día que no me acuerde de algo vivido allí … Recuerdo a Aris a nuestra llegada a Dakar y aquel taxi cuya puerta teníamos que sujetar para que no se cayera, la Casa de los Esclavos de la Isla de Goreé que nos enseña lo que nunca debió suceder, un viaje en 4x4 con nuestro hermano Teo que nos enseñó entre otras cosas lo que vale un buen toilette senegalés a tiempo, los cangrejos gigantes asesinos de la Langue de Barbarie, el encuentro con las étnias ancestrales, las setas gigantes y el verde fosforito de las montañas del País Bassari, la inmensa hospitalidad de la gente de Oussouye y los buenos amigos que allí hicimos, las soirees y sus bailes cebolleta, las cervezas Flag, los desvencijados minibuses ndiaga ndiaye, nuestras mamás senegalesas, los niños corriendo y riendo a nuestro alrededor, la enigmática noche que pasamos en un hotel fantasma perdido en medio de la nada, los rebaños de vacas sobre la arena de la playa o hasta la gracia gaditana que me encontré en un marco incomparable y que ya no volveré a ver más …


Por todo ello y mucho más me siento afortunada de haber estado y haber podido compartir un poquito de vida senegalesa. Yo no sé si le debo tanto a África, pero algo en mí si cambió en ese viaje. Inevitablemente me di cuenta que aún en medio de las peores circunstancias, de la miseria, de la suciedad y la desesperanza que envuelve la vida de parte de Senegal, encontrar gente que te transmita tanta felicidad es posible.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

still waiting for the pictures....have you already made the selection?
muaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

tia cookie's dijo...

Tu crees que si me voy ahora al aereopuerto pillo un vuelo directo? hoy estoy para irme a Senegal y no volver...kss

elena dijo...

Las fotos están listas !!! y en cuanto al vuelo directo, desde barna está un poco chungo. Te recomiendo que vengas a Madrid, nos vamos de juerga hasta reventar y luego si aún tienes cuerpo te pillas el avión directo a Dakar (con Iberia diario a las 17.55) Eso sí, te será difícil volver ...

issis dijo...

una preguntita: Tambien has tenido la sensación al llegar aquí y mirar a la gente que todo es pose?
Me explico: creo que en según que país del tercer mundo no están influenciados por la publicidad gráfica y son más naturales al mirar a la gente a la cara.

elena dijo...

Esa sensación la he tenido siempre, no me ha hecho falta viajar para darme cuenta de ello. Pero si es cierto que la sonrisa que te regala un niño en senegal o en cualquier otro país subdesarrollado es pura, sincera y sobretodo más agradecida.

08181 dijo...

Salvando distancias (muchas, tantas que estaba por no escribirlo).
Aprendí cosas así en Mexico. Aprendes mucho hablando con la mujer de la limpieza, viendo como valora los regalos de navidad, imaginando vivir con su presupeuesto, su indefension ante tantas cosas. Otra lección gorda la prendí en un instituto de aqui (que sigo enpsando que somos de primer mundo de segunda). Me tocó ir durante un año a uno de un barrio marginal, y ver a compañeros que asistian a clase a escondidas de sus padres, por que éstos querían que trabajasen, me dió mucho que pensar a mis tiernos 15.

elena dijo...

Es importante ver que hay otras realidades además de la nuestra, para darnos cuenta que no todo es tan fácil ni tan bonito. Tanto en tu propia ciudad como fuera de ella. Sí, hay que viajar, tanto como se pueda. México, paradigma de las desigualdades sociales ...

Pepita Forever dijo...

Muy bonita y muy humana tu descripción de Senegal. Entiendo esa sensación de no poder organizar emociones, el tenerlas todas apelotonadas, esperando a salir. Cuesta sacarlo pero a mí me has trasladado un ratito allí. :-)