12 abril 2008

KO


Cortesía e Integridad

Hoy llego tarde una vez más al entreno y mientras me pongo el dobok pienso en las flexiones que vamos a tener que hacer todos por mi culpa. El saboonim cansado de las impuntualidades ha decidido que haremos 30 flexiones por cada persona que llegue tarde, así que espero haber sido la única hoy. Me detengo en la puerta, pido permiso y al entrar mis compañeros entonan una leve sonrisa, pero no me dicen nada y sin esperar orden alguna nos echamos todos al suelo a hacer las flexiones. Mientras las hacemos llega otro impuntual y a las 30 iniciales se suman otras tantas.

Perseverancia y Autocontrol

El calentamiento está siendo fuerte, con movimientos de piernas, secuencias de ataque y defensa, o ejercicios para aprender a cubrir la distancia, señal inequívoca de que vamos a hacer combate. Y aunque me gusta, siento un pequeño escalofrío cada vez que me toca hacerlo. Así que mientras me pongo las protecciones y en espera que me toque el turno, repaso mentalmente todo aquello que debo corregir ... mantener la guardia en alto, darle continuidad al ataque ...
Llega mi turno y después de saludar a mi contrincante nos ponemos en posición e iniciamos el combate. Hoy está siendo especialmente duro. Treinta segundos después, noto un fuerte golpe en la cabeza y por unos momentos ya no soy consciente de lo que ocurre a mi alrededor. Caigo al suelo y en ese microinstante consigo llegar a todas aquellas cosas que ultimamente me quitan el sueño ...

Espíritu indomable

Lo primero que recuerdo es al saboonim Alejandro echandome agua por la cabeza y con gesto de preocupación preguntarme que tal estoy. - Bien, bien, gracias, creo que sigo viva. Después de un rato de descanso aún tuve la fuerza para acabar el entrenamiento con mis compañeros.

Dos días después todavía me duele la cabeza, pero el viaje que hice en ese instante de inconsciencia me ha dado la alegría y la fuerza que me estaba faltando esta semana. Gracias a ello hoy tengo algo menos que tachar en mi lista de miedos.

10 comentarios:

Bárbara dijo...

A veces necesitamos un desayo para ser conscientes de que los miedos no tienen porque ser reales, como las imágenes que pasan por tu cabeza cuando has caido redonda al suelo. Desmayarse tiene su encanto, y si para colmo lo haces rodeada de "karate kids", "pa" que contarte.

Anónimo dijo...

Elenis, visto así hasta mola que te dejen caer una pierna en la cabeza, tia!

elena dijo...

No llegué a ver pasar mi vida por delante de mis ojos, la situación no fue tan peliculera, pero si tuve extrañas sensaciones e imagenes inconexas. Circuló el bulo que se había formado una cola para hacerme el boca a boca ... jajaja ... que cachondos son mis compis ...

08181 dijo...

¿pero estas bien, no? O al menos como antes del golpe.. =p

A mi me paso con un yuyu en le corazón... salí de urgencias con todos mis "problemas" resueltos.

No hay mal que por bien no venga, dicen...

elena dijo...

Estoy requetebiennnn !!!!! como decía, soy un espíritu indomable.
¿Y qué tipo de yuyu te dió?

08181 dijo...

un yuyu feo por fumar cosas que no venden en los estancos...

elena dijo...

Todo un rebelde ... como Ponyboy ..

Pablo Rodríguez Burón dijo...

dejo un abrazo, y otro para el rebelde del estanco...jeje ;-)

Bárbara dijo...

Otra entrada, otra entrada, otra entrada...

08181 dijo...

Gracias Leo. Vivir sobrio es mas facil con abrazos ;)