12 noviembre 2007

La noche cae

Esos últimos rayos, melancolía de un sol que agoniza, destellos de luz que parecen no querer irse y que nos acompañan en silencio, temerosos de pertubar un momento de calma, o una mirada, o un beso, o una promesa, o un pensamiento, o un recuerdo, o ...

Estan allí, pero no piden nada. Y en cambio ellos nos dan el calor que a veces nos falta, nos ofrecen una mano a la que agarrarse, un hombro en el que llorar, también momentos de tiempo infinito, también instantes, también la nada

Cierro los ojos y un leve calor ruboriza mis mejillas
Cierro los ojos y noto que el corazón ya no duele
Cierro los ojos y olvido

4 comentarios:

issis dijo...

el abrazo de alguien que aprecias, la paz que se acaba generando, la compañía que se siente, el miedo que deshiela...

tia cookie's dijo...

No hay mejor blsamo contra la pena que la cercanía de los que nos quieren gratuitamente, incondicionalmente...un beso y como dice la copla...a las penas "puñalás"
Ánimo!

elena dijo...

Simplemente uno mismo consigo mismo ...

Anónimo dijo...

Ni uno en si es incondicional consigo mismo. De ahí nos salen los remordimientos.

Por eso son tan agradables esos momentos, por que nos disfrutamos sin remordimiento, olvidamos.