23 noviembre 2006

Cosas que tú (HOMBRE) no deberías hacer

He sacado estas preguntas de un artículo publicado en el 20 minutos de hoy. No están aquí las 51 meteduras de pata más habituales de los hombres, para verlas todas darle al link. No tienen despercidio alguno ...

Saltarte los prolegómenos: ir directo al grano puede incomodar.
Besarla con brusquedad y sin sensibilidad: la pasión está bien, pero con calma.
Ser demasiado bruto al tocar las zonas erógenas: el clítoris es mucho más complejo que el pene.
Obviar las caricias: el segundo mayor órgano sexual de la mujer, sólo por detrás de la mente, es su piel.
Engancharse a sus pezones como un bebé: es divertido, pero antes hay que allanar el camino jugando con la areola y el resto del seno.
Morderle el lóbulo de la oreja: crees que es sexy, pero puede que ella no piense lo mismo. Duele.
El típico chupetón en el cuello: no recomendado para mayores de 16 años.
Hacerlo sin afeitarte: quizá te sientas atractivo, pero pinchas.
No lavarte antes del sexo: no hay que ser extremista, pero la higiene es fundamental.
Olvidar que su cuerpo espera ser tocado: que no falten las caricias. Saldrás ganando.
Intentar meter tus dedos bajo su ropa interior antes de que esté preparada: no seas tan ansioso, es muy incómodo para ella.
Tirar el condón al suelo: qué poco glamour. Su sitio es un clínex y luego la basura.
El clítoris como primera opción: no es bueno despreciar los alrededores.
Parar justo cuando ella no quiere que pares: lo estás haciendo bien. ¡Está disfrutando!.
Ser torpe al desnudarla: concéntrate, quítate de la cabeza arrancar nada y no dejes de besarla.
Quitarte la ropa de forma ridícula: recuerda que delante de tí hay otra persona. De lo cómico a lo patético hay una línea muy fina.
Esperar que se depile para ti: aunque te guste mucho, es cosa suya... y luego pica mucho.
Lanzarse sin preguntar: no es cuestión de despreciar la sorpresa, pero hay que saber leer sus ojos.
No hacerle caso después: pregúntale si le ha gustado.
Caer en la rutina sexual: échale imaginación.
Perder el romance: el amor tiene que estar ahí.
Tumbarte sobre ella: no la aplastes.
No abrazarla después del sexo: haz que se sienta especial.
No limpiar después del sexo: todos lo que haya quedado sucio o revuelto debe volver a su estado de origen.

08 noviembre 2006

Eso me pasa por decir mentiras

No hay nada peor que decir una mentira y que te pillen, y eso es lo que me ha pasado esta mañana. He llegado a la estación de tren a las 9 am para tomar un tren a Barcelona, y mientras esperaba la salida me he acercado a una de las cafeterías de la estación a darme el chute diario de café, cuando se me ha arrimado un tipo. Con mi desconfianza habitual, no le he hecho mucho caso y me he limitado a ir contestando a sus preguntas.
Él era joven, bien parecido, extranjero y en viaje de negocios, o sea, alguien potencialmente interesante, pero no sé por qué pero me ha caído un poco pesado. Así que cuando él me ha preguntado que a dónde iba he visto el momento para deshacerme de él :
- Pues me voy a Sevilla - le digo mirando el primer panel informativo que tenía a la vista - y se va ya el tren, mucho gusto en conocerte, ciao ciao !!
Educadamente él se ha despedido de mí y por fin se han separado nuestros caminos ... o eso pensaba yo ....
La casualidad ( o la fatalidad, según se mire) ha hecho que los dos fuéramos a Barcelona, en el mismo tren, en el mismo vagón y en asientos contiguos !!!!!

GLUPS ...

07 noviembre 2006

06 noviembre 2006

No entiendo

Lo confieso, no entiendo de política pero a pesar que lo intento, cada día la entiendo menos. Tengo 29 años y pertenezco a esta primera generación de españoles que nacimos ya en democracia y que siempre hemos podido votar y elegir un gobierno u otro, a diferencia de nuestros abuelos y padres, que sufrieron guerras y una estúpida dictadura que sesgaron la vida, las esperanzas y los derechos de los españoles. Y es que esta es una de las bases fundamentales de un estado democrático, el derecho de los ciudadanos a poder elegir libremente.
Tras las recientes elecciones catalanas veo la indiferencia y la poca confianza que los ciudadanos de a pie tenemos respecto a la política, y no es para menos. Con la reedición del tripartito veo como el partido al que voté y que ganó las elecciones en votos y en escaños, vuelve a quedarse en la oposición. Mi pregunta es la siguiente, ¿de qué sirve entonces votar si la decisión final la van a tener como siempre los políticos? puede que sea un pregunta simple pero necesito que alguien me la conteste.
Como ya he dicho antes no entiendo mucho de política, porque lo que yo entiendo de verdad es que a pesar de tener una amplia formación universitaria no tengo empleo, que veo imposible poder acceder a una vivienda digna, que si yo estoy en una situación difícil más lo están los miles de inmigrantes que cada año llegan a España y que veo las fuertes desigualdades sociales que existen en este país de nuevos ricos en el que hemos convertido a España, donde su clase política está más preocupada por intereses partidistas que en resolver los verdaderos problemas de los ciudadanos.
Soy catalana e hija de emigrantes, lo que no me resta un ápice de catalanidad. He tenido la suerte de viajar y de sentirme orgullosa de Cataluña allá donde he ido. Yo vivo en Madrid, tratando de abrirme camino y añoro mi tierra natal, mi gente, mi idioma y mi cultura, y por tanto me preocupa lo que allí pasa. Lo único que pido a los políticos es que nunca hagan que me avergüence de ser catalana.

02 noviembre 2006

Los niños de hoy

Estoy leyendo el nuevo libro de Espido Freire "Mileuristas" donde trata de reflejar la problemática social de una generación de jóvenes que intentamos sobrevivir, que nos desesperamos y que sobretodo luchamos por no perder la ilusión en un sistema que sistematicamente nos ignora. Cuando acabe el libro volveré a hacer una reseña más completa, pero lo que ahora os quería comentar es algo que me ha llamado la atención en él.
En un momento del libro, la autora recuerda como fueron nuestros años escolares, dónde siempre había algún niño en la clase con un diente roto debido a disputas con sus compis o como ella misma había abofeteado a alguna compañera sin que el hecho hubiera trascendido más allá, resolviendo el problema con un simple perdón, sin denuncias por parte de los padres y sin proyección mediática. Yo misma también reconozco haber dado collejas y también haberlas recibido. Lo que pasa es que la "violencia" de la que ella habla es completamente diferente a la de ahora, porque si bien antes se reducía simples riñas entre compañeros, ahora son palizas de verdad e incluso agresiones a los profesores, algo que a nosotros ni se nos hubiera pasado por la cabeza, porque el respeto a los profesores era demasiado fuerte. Ayer me horroricé al ver por la tele como un alumno daba una paliza a un profesor mientras que otra compañera lo grababa en su teléfono. Me pregunto que se está haciendo mal con estos chicos, porque aunque digan que es culpa de los padres por su excesiva permisividad no me lo acabo de creer del todo, aunque viendo programas como Supernanny algo si empiezo a entender.